El sostenido aumento en el consumo de energía eléctrica, producto del imparable desarrollo teecnológico, representado por diversos aparatos que han invadido nuestros hogares, para hacernos más fáciles las tareas del quehacer doméstico cotidiano ha creado un nuevo agente que incide sobre los seres humanos, los campos electromagnéticos.
Aunque los campos magnéticos de baja frecuencia se suponían exentos de riesgo para la salud, desde hace unos años se viene temiendo que los mismos, puedan ser promotores o copromotores de alteraciones en el organismo.
Un estudio efectuado por el departamento de ciencias morfológicas de la facultad de medicina de la Universidad de Granada, concluyó aunque no determinantemente, que los campos magnéticos pueden afectar la morfología del globo ocular en el desarrollo embrionario de pollos sometidos a pruebas durante 21 días, realizado el año 2002.
En el experimento, se observaron aumentos de díametros de las córneas que arrojaron la conclusión que los campos electromagnéticos, aún aquellos de baja intensidad, inciden en la gestación de los embriones, lo que lleva a pensar que los seres humanos en proceso de gestación, podrían verse afectados.
Desgraciadamente, no existen muchos estudios al respecto y deberemos esperar un tiempo para que el tema cautive a los científicos y nos determinen la veracidad de este mal, que oculto en nuestros hogares, podría afectarnos mas allá de lo que parece actualmente.
Fuente: http://www.ugr.es/ugr/index.php (Universidad de Granada)
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